Fritos e impacto para la salud

Escrito el 21/08/2020
COLEGIO SALUDABLE



Los alimentos fritos están muy extendidos en la gastronomía de prácticamente todos los países del mundo. La grasa aporta sabor y mayor palatabilidad a las comidas (estamos hechos para que nos guste) y es necesaria para nuestro organismo, pero debemos escogerla y consumirla con conocimiento.

Es importante tener en cuenta el tipo de aceite que se va a utilizar para cocinar, ya que no todos tienen la misma composición ni sus ácidos grasos son iguales. Uno de los que se ha demostrado que tiene efectos beneficiosos para nuestra salud, y que por suerte lo tenemos de primera calidad muy cercano, es el aceite de oliva virgen extra.

 

Este aceite, cuenta en su composición con numerosos antioxidantes, y con ácidos grasos omega-3 y omega-6 en una proporción adecuada. Cuando la proporción omega-3/omega-6 está desequilibrada (exceso de omega-6 y/o falta de omega-3) se puede generar lo que llamamos inflamación crónica de bajo grado, un factor de riesgo para el desarrollo y/o empeoramiento de algunas enfermedades. Otros aceites vegetales (generalmente refinados) como el de soja, girasol o maíz, tienen una proporción de omega-6 muy alto y es por esto, entre otras cosas, que no se aconseja su consumo.


Además de esto, si cualquier aceite se calienta en exceso y sobretodo varias veces (algo común en los restaurantes especialmente de comida rápida para abaratar costes), se generan radicales libres (pro-oxidantes) a la vez que el calor destruye los compuestos antioxidantes de los aceites, por lo que el estrés oxidativo al que se someten nuestras células aumenta, generando un daño en las mismas.

Este daño celular se traduce principalmente en: envejecimiento, alteraciones en el ADN, oxidación de LDL-colesterol (este proceso es lo que produce daños a nivel arterial y lo realmente peligroso del colesterol), disfunción endotelial, inflamación vascular, y toda una serie de cambios que nos predisponen a sufrir aterosclerosis (acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias sobre las paredes arteriales, que pueden llegar a restringir el flujo sanguíneo). Todo ello, junto con otras condiciones que se dan por el consumo de aceites vegetales de semillas y/o con aceite de oliva virgen extra muy calentado, pueden desembocar en patologías como: síndrome metabólico (hipertensión, resistencia a la insulina y/o diabetes tipo II, síndrome de ovario poliquístico…), enfermedades cardiovasculares, peor función cognitiva (memoria, agilidad en el pensamiento y comprensión del lenguaje, cálculo...), algunos tipos de cáncer, etc.


Es por todo esto que NO SE ACONSEJA el consumo de alimentos fritos (menos aún con aceites de baja calidad nutricional) de manera frecuente

Debemos tener siempre en cuenta que, por lo general, no existe un solo factor que cause una enfermedad, sino que en la mayoría de casos la causa es MULTIFACTORIAL. Por ello, no debemos tampoco asustarnos, y consumir algún frito de vez en cuando (preferentemente en aceite de oliva virgen extra) NO supone ningún riesgo para nuestra salud siempre que el resto de nuestra dieta sea adecuado, basado en alimentos frescos mínimamente procesados, suficientes vegetales, etc., además de llevar una vida activa con ejercicio físico, un buen descanso y una correcta gestión del estrés.


Bibliografía

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https://www.researchgate.net /publication /320984265