Pero, ¿Es recomendable tomar algas habitualmente? La respuesta es NO, y te contamos por qué.
Las algas, según la variedad y condiciones del medio, aportan diferentes cantidades de yodo.
La cantidad máxima recomendada en EUROPA es de 600 microgramos al día (para adultos) siendo de 250, 300 y 450 microgramos al día para los rangos de edad de menores indicados anteriormente, con 2g un niño de menos de 6 años ya estaría alcanzando sus requerimientos diarios, y con 5-30g (según la especie) de algas secas, ya se acercarían a las ingestas diarias máximas recomendadas.
Debemos tener en cuenta que según el procesado y método de cocinado que sufran (secado, fritura, asado, hervido…) se puede reducir su contenido en yodo (desde un 15 hasta un 55%).
Además, la absorción de yodo puede verse dificultada cuando se ingieren las algas junto a crucíferas (brócoli, coliflor, coles, repollo…), por lo que puede ser interesante incluirlas en la misma comida.
Por último, es importante tener en cuenta que nuestra glándula tiroides se adapta a los cambios en la ingesta siempre que anteriormente no haya existido un déficit, por lo que si nuestro consumo de yodo es adecuado y regular (a través de pescados, mariscos, sal yodada, leche, huevos…) y un día la cantidad de yodo que tomamos es mayor, no tiene por qué desarrollarse un problema.
Nuestra recomendación es que su consumo sea de manera ocasional (una o dos veces al mes) en una cantidad moderada, y siguiendo algunas de las estrategias que hemos mencionado para reducir su cantidad de yodo